Al borde del colapso ecológico global
Un nuevo estudio realizado por la Universidad de Maine sugiere que aspectos inherentes a la evolución humana pueden impedirnos resolver problemas ambientales globales como el cambio climático.
Los humanos han llegado a dominar el planeta utilizando herramientas y sistemas para explotar los recursos naturales que han sido refinados mediante un proceso de adaptación cultural al medio ambiente durante miles de años. Tim Waring, biólogo evolutivo de la Universidad de Maine, quería saber cómo el proceso de adaptación cultural al medio ambiente afecta el objetivo de resolver los problemas ambientales globales. Lo que encontró fue contradictorio.
El proyecto buscó comprender tres preguntas principales: cómo ha actuado la evolución humana en el contexto de los recursos ecológicos, cómo la evolución humana ha contribuido a múltiples crisis ambientales globales y cómo las limitaciones ambientales globales pueden alterar los resultados de la evolución humana en el futuro.
El equipo de Waring publicó sus hallazgos en un nuevo artículo. Transacciones filosóficas de la Royal Society B. Otros autores del estudio incluyen a Zach Wood, estudiante de posgrado de la Universidad de Maine, y Ejors Shatmar, profesor de la Universidad Eotvos Lorand en Budapest, Hungría.
Expansión humana
El estudio examinó cómo el uso del medio ambiente por parte de las sociedades humanas ha cambiado a lo largo de nuestra historia evolutiva. El equipo de investigación examinó los cambios en los nichos ecológicos de las poblaciones humanas, incluidos factores como los recursos naturales que utilizan, la intensidad con la que se utilizan, qué sistemas y métodos han evolucionado para utilizar estos recursos y los impactos ambientales de su uso.
Este esfuerzo reveló un conjunto de patrones comunes. Durante los últimos 100.000 años, los grupos humanos han estado utilizando cada vez más tipos de recursos de forma progresivamente más intensiva, a mayor escala y con mayor impacto ambiental. Estos grupos a menudo se expanden a nuevos entornos con nuevos recursos.
El proceso contribuyó a la expansión global de la humanidad. adaptación cultural al medio ambiente. Esto conduce a la acumulación de rasgos culturales adaptativos de sistemas sociales y tecnologías que ayudan a utilizar y controlar los recursos ambientales, como prácticas agrícolas, métodos de pesca, infraestructura de riego, tecnologías energéticas y sistemas sociales para gestionar cada uno de ellos.
“La evolución humana básicamente debido a cambios culturales, que es más rápida que la evolución genética. Una tasa de adaptación mucho mayor ha dado a los humanos la capacidad de colonizar todas las tierras habitables del mundo", dijo el senador de la Universidad de Maine, George J. Waring Profesor asociado del Centro Mitchell para Soluciones de Desarrollo Sostenible y de la Facultad de Economía.
Además, este proceso se acelera debido a un proceso de retroalimentación positiva: a medida que los grupos crecen, acumulan rasgos culturales adaptativos más rápido, lo que proporciona más recursos y permite un crecimiento más rápido.
“Durante los últimos 100.000 años, estas han sido buenas noticias para nosotros.
" data-gt-translate-attributes="({"attribute":"data-cmtooltip", "format":"html"})" tabindex="0" role="link">tipos como un todo". "Pero esta expansión fue impulsada por la gran cantidad de recursos y espacio disponible", dice Waring.
Hoy la gente se ha quedado sin espacio. Hemos alcanzado los límites físicos de la biosfera y hemos reclamado la mayoría de los recursos que tiene para ofrecer. Nuestra expansión nos está alcanzando. Nuestras adaptaciones culturales, especialmente el uso industrial de combustibles fósiles, han creado peligrosos problemas ambientales globales que amenazan nuestra seguridad y el acceso futuro a los recursos.
Restricciones globales
Para ver qué significan estos hallazgos para abordar problemas globales como el cambio climático, el equipo de investigación analizó cuándo y cómo surgieron sistemas humanos sostenibles en el pasado. Waring y sus colegas encontraron dos patrones generales. En primer lugar, los sistemas estables crecen y se extienden sólo después de que los grupos son incapaces de mantener sus recursos en primer lugar. Por ejemplo, Estados Unidos reguló las emisiones industriales de azufre y dióxido de nitrógeno en la década de 1990, pero sólo después de que descubrimos que causaban
" data-gt-translate-attributes="({"attribute":"data-cmtooltip", "format":"html"})" tabindex="0" role="link">ácido Las lluvias han acidificado muchas masas de agua en el noreste. Esta acción demorada es un problema importante hoy en día, mientras amenazamos con otras restricciones globales. Para el cambio climático, la gente necesita resolver el problema antes de que ocurra el desastre.
En segundo lugar, los investigadores han encontrado evidencia de que los sistemas sólidos de protección ambiental tienden a resolver los problemas dentro de las sociedades existentes y no entre ellas. Por ejemplo, la gestión de los sistemas hídricos regionales requiere cooperación regional, infraestructura y tecnología regionales, y éstas surgen a través de la evolución cultural regional. Por lo tanto, la disponibilidad de sociedades de escala adecuada es un factor limitante importante.
Afrontar eficazmente la crisis climática puede requerir nuevos sistemas regulatorios, económicos y sociales globales que generen más cooperación y empoderamiento que los sistemas existentes, como el Acuerdo de París. Para construir y operar estos sistemas, los humanos necesitamos un sistema social funcional para el planeta, que no tenemos.
"Un problema es que no tenemos una sociedad global coordinada que pueda implementar estos sistemas", dice Waring, "sólo tenemos grupos subglobales, y eso puede no ser suficiente. Pero puedes imaginar términos conjuntos para resolver estos problemas comunes. Entonces es un problema fácil".
El otro problema es mucho peor, afirma Waring. En un mundo lleno de grupos subglobales, la evolución cultural entre estos grupos tiende a favorecer los intereses de países y corporaciones, retrasando la acción sobre prioridades compartidas y resolviendo los problemas equivocados. La evolución cultural entre grupos tiende a intensificar la competencia por los recursos y puede conducir a conflictos intergrupales directos e incluso a la extinción global.
"Esto significa que resolver problemas globales como el cambio climático es mucho más difícil de lo que se pensaba", afirma Waring. “No es sólo lo más difícil que nuestra especie haya hecho jamás. Lo son absolutamente. El mayor problema es que las características centrales de la evolución humana pueden ir en contra de nuestra capacidad para resolverlas. Debemos nadar contra la corriente para resolver los desafíos colectivos globales".
Pensando en el futuro
Waring y sus colegas creen que su análisis ayudará a guiar el futuro de la evolución humana en una Tierra finita. Su artículo es el primero en sugerir que la evolución humana puede haber contrarrestado el surgimiento de problemas globales colectivos, y se necesita más investigación para desarrollar y probar esta teoría.
El equipo de Waring presenta varios estudios aplicados para comprender mejor los impulsores de la evolución cultural y encontrar formas de reducir la competencia ecológica global considerando cómo funciona la evolución humana. Por ejemplo, se necesita investigación para documentar los patrones y fuerzas de la evolución cultural humana, pasada y presente. La investigación puede centrarse en los procesos pasados que condujeron al dominio humano de la biosfera y las formas en que se realizan adaptaciones culturales al medio ambiente actual.
Pero si el esquema general resulta ser correcto y la evolución humana se resiste a soluciones colectivas a los problemas ambientales globales, como sugieren los autores, entonces es necesario responder a algunas preguntas muy urgentes. Esto incluye si podemos utilizar este conocimiento para mejorar la respuesta global al cambio climático.
"Por supuesto, existe la esperanza de que los humanos puedan solucionar el cambio climático. Hemos construido una gobernanza cooperativa antes, pero nunca así: a escala global". dice Waring.
El auge de la política ambiental internacional ofrece alguna esperanza. Ejemplos exitosos incluyen el Protocolo de Montreal para limitar los gases que agotan la capa de ozono y la moratoria global sobre la caza comercial de ballenas.
Los nuevos esfuerzos deben incluir el desarrollo de sistemas más deliberados, pacíficos y éticos de autocontrol mutuo, especialmente a través de reglas de mercado y pactos ejecutables que unan a los grupos humanos del planeta en una unidad funcional.
Pero es posible que este modelo no funcione para el cambio climático.
"Nuestro artículo explica por qué y cómo la gobernanza cooperativa es diferente a escala global y ayuda a los investigadores y formuladores de políticas a aprender más sobre cómo trabajar para lograr soluciones globales", dice Waring.
Esta nueva investigación puede conducir a un nuevo mecanismo de políticas para abordar la crisis climática: cambiar el proceso de cambio adaptativo entre corporaciones y naciones puede ser una forma poderosa de abordar los riesgos ambientales globales.
En cuanto a si los humanos podrían seguir viviendo en un planeta finito, Waring dice: "No tenemos ninguna solución a la idea de una trampa evolutiva a largo plazo porque apenas entendemos el problema". dice Waring.
"Si nuestros hallazgos están cerca de ser correctos, tendremos que estudiarlos más de cerca", afirma.
Referencia: "Los procesos inherentes a la evolución humana crearon el Antropoceno y pueden impedir sus soluciones globales" por Timothy M. Waring, Zachary T. Wood e Eeyore Szatmari, 1 de enero de 2024. Transacciones filosóficas de la Royal Society B.
DOI: 10.1098/rstb.2022.0259
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