Principales micotoxinas y sus efectos sobre la salud.
Las micotoxinas, un grupo de compuestos tóxicos producidos por hongos, están muy extendidas en nuestro medio ambiente y suponen una amenaza importante para la salud humana y animal. Se encuentran comúnmente en cultivos y alimentos para animales, lo que genera una posible contaminación de nuestro suministro de alimentos. Estas toxinas incluyen las aflatoxinas, la ocratoxina A y las toxinas fusarium, todas las cuales son cancerígenas.
Principales micotoxinas y sus efectos sobre la salud.
Las aflatoxinas producidas por los hongos Aspergillus son uno de los carcinógenos naturales más potentes. Se han relacionado con el cáncer de hígado en humanos y diversos problemas de salud en animales. La ocratoxina A, producida por las especies Aspergillus y Penicillium, es un compuesto nefrotóxico y cancerígeno que puede contaminar muchos alimentos, incluidos cereales, café, frutos secos y vino. Las toxinas de fusarium, como las fumonisinas y los tricotecenos, pueden causar enfermedades gastrointestinales y neurológicas graves en humanos y animales.
Estudios recientes han desarrollado una base de datos completa de casi 4.400 micotoxinas y han desarrollado modelos para predecir la mutagenicidad, genotoxicidad y carcinogenicidad de estos compuestos. Estas herramientas pueden ser invaluables con fines regulatorios para ayudar a evaluar los riesgos potenciales para la salud asociados con la exposición a las micotoxinas.
Estrategias de control de micotoxinas antes y después de la cosecha
Es esencial contar con estrategias eficaces antes y después de la cosecha para proteger el suministro de alimentos de la contaminación por micotoxinas. Un enfoque implica el uso de microorganismos como absorbentes y aglutinantes de toxinas. Estas sustancias se unen a las micotoxinas en el tracto gastrointestinal de los animales, reducen su absorción y alivian sus efectos tóxicos.
Otra estrategia implica hacer crecer células de Saccharomyces cerevisiae en diferentes medios, alterar las células y extraer β-glucano de las paredes celulares de la levadura. Este compuesto tiene propiedades antibacterianas y se ha demostrado que aumenta la capacidad de unión de los absorbentes a las micotoxinas.
Reducir la exposición a micotoxinas en alimentos y piensos
A pesar de los riesgos potenciales para la salud asociados con la contaminación por micotoxinas, estudios recientes han demostrado que la incidencia de dicha contaminación se puede reducir en gran medida mediante medidas de tratamiento adecuadas. Por ejemplo, se ha descubierto que la fermentación de garri, un alimento básico en Nigeria, reduce los niveles de cianuro de hidrógeno y muchas micotoxinas. Esto significa que las autoridades reguladoras deben cumplir con los límites permisibles existentes para dichos compuestos en los alimentos.
Además, los estudios han identificado una nueva enzima degradante de zearalenona de Bacillus subtilis que degrada esta micotoxina, proporcionando una nueva estrategia potencial para la biodegradación de micotoxinas.
Conclusión
Las micotoxinas representan una amenaza importante para la salud ambiental, pero mediante estrategias de gestión proactivas y una investigación continua, se puede minimizar su impacto en nuestro suministro de alimentos y nuestra salud. Desde el cultivo de células de S. cerevisiae hasta la producción de enzimas que degradan micotoxinas, la ciencia está allanando el camino para un futuro más seguro y libre de micotoxinas.
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